La "represión financiera" (exceso de regulación) que siguió a la Segunda Guerra Mundial retrasó la modernización del sector financiero. La "represión" cedió en Europa antes que en Estados Unidos, donde se mantuvo hasta la aprobación en 1999 de la Gramm-Leach-Bliley Act. Esta ley permitió a los innovadores investment bankers de Wall Street aprovechar las oportunidades que ofrecía el modelo "financial high-tech, large scale production", desarrollado por los bancos comerciales de Estados Unidos.
Entre 1977 y 1978 se inauguraron más de 4.000 nuevas oficinas, la antítesis de lo que ha ocurrido en el último decenio.
La liberalización financiera quedó postergada frente a la liberalización del sector real de la economía. Finalmente, entre 1974 y 1988, se acometió la liberalización financiera, lo que ayuda a explicar la crisis financiera de 1977-1985, que supuso la caída de los grandes bancos de Madrid (Hispano, Banesto, Central) y su sustitución en el liderazgo por los bancos del Norte (Santander, Bilbao, Vizcaya).
La crisis internacional de los años 70 y 80, que es una crisis industrial, explica que, entre 1974 y 1983, Urquijo vendiera sus abundantes participaciones industriales para concentrarse en las actividades más propias de un merchant bank, un bróker internacional y un gestor de patrimonios. Todo ello preparó al Urquijo para aprovechar las oportunidades que se abrieron a la banca privada a partir de la Ley del Mercado de Valores de 1988, aunque fuera en el seno de otras entidades bancarias (Banca March, 1989-1997; KLB-KBC, 1998-2006; Banco Sabadell, desde 2006).
La liberalización trajo las primeras crisis bancarias de la época posterior a la Segunda Guerra Mundial: España (1977), Noruega (1987), Finlandia (1991), Suecia (1991) y Japón (1992), cumpliéndose aquello de "Goodbye Financial Repression, Hello Financial Crash". Pero el proceso no tenía vuelta atrás en un mundo abocado a la Globalización y, en octubre de 1986, se produjo el Big Bang de la Bolsa de Londres, una gran desregulación en los mercados financieros, impulsada por Margaret Thatcher, que fue imitada en todas partes.
La última de las sociedades pioneras, Privanza, tuvo un origen muy distinto a Banif o Safei. Fue constituida en la isla de Jersey (Canal de la Mancha), el 31 de marzo de 1978, como Banco de Bilbao International (Jersey) Ltd. Su nombre cambió a BBV Privanza, en 1997, y a BBVA Privanza, en 2000. Tras unos años de dificultades, sobre su base arrancaría, en 2010, BBVA Banca Privada, con gran éxito.
Con anterioridad, la banca había avanzado en internacionalización: el número de bancos extranjeros en los países de la OCDE se incrementó de 175 en 1960 a 527 en 1970 y 1.165 en 1980. También lo había hecho en medios de pago (cajeros automáticos, años 70; tarjetas, años 80; banca por Internet, años 90), procesos (compensación automática de pagos entre entidades, años 70; primeras titulizaciones por agencias gubernamentales estadounidenses, años 70; credit scoring, años 90) y organización (informatización, años 60, empezando por Estados Unidos). El efecto de la "represión financiera" se dejó notar, sobre todo, en la innovación de producto.
Nuevas formas de inversión: los FIM
1964, Boletín del Servicio de Estudios de Safei
Congreso internacional de inversión mobiliaria
Barcelona, 1964
Primer título del capital social de AyG
Madrid, 1987